A balazo limpio. Jesús Zaplana responde a nuestro cuestionario.
¿Qué tiene la novela negra para haber llegado hasta el favoritismo de los lectores?
Creo que es un género honesto, sincero, que huye de artificios y por ello dispara a la esencia de la literatura: contar una historia que seduzca y entretenga al lector. Además de ello, a menudo ejerce de ventilador para airear inmundicias y nos invita a reflexionar acerca de las pulsiones básicas del ser humano, de sus miserias y grandezas.
- ¿No correremos el riesgo de saturarnos todos y agotar el género?
Sí, temo que ya estemos en esa tesitura. Y creo que la buena salud del noir depende de que las editoriales ejerzan un filtro de calidad —me refiero a un filtro serio, responsable— a la hora de seleccionar sus publicaciones.
- ¿Usted se sintió desde siempre atraído por este género?
Sí, aunque no exclusivamente: también me atraen otros géneros como la poesía o la novela histórica. De la novela negra me interesa en particular la vertiente de crítica social, la capacidad de hacer visibles las presiones, injusticias y desigualdades que deben combatir a diario los ciudadanos. Muchas de estas ‘taras’ prenden la mecha de las tramas negrocriminiales.
- Ahora que han pasado algunas décadas de expansión, ¿se atrevería a valorar la evolución que ha tenido el género en España?
Creo que ha sido un fenómeno enriquecedor y un ejercicio democrático: ha permitido descentralizar los escenarios en que se desarrollan las tramas. Hoy en día aceptamos con naturalidad que una novela negra se sitúe en Cádiz, Vigo o Cartagena. Además, existe todo un abanico de matices y subgéneros, y un buen puñado de protagonistas carismáticos que vale la pena conocer.
- Elija a un personaje y a un autor del género a quienes les hubiese gustado conocer.
Con el permiso de Fabio Montale y Jean Claude Izzo, me quedo con el detective Marlowe de Raymond Chandler. Son de una brillantez abrumadora.
- ¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas, qué espera de Cartagena Negra?
Como cartagenero y escritor, participar en estas jornadas supone la materialización de un sueño. Un sueño que, por otra parte, es el fruto de varios años de trabajo en la sombra. De Cartagena Negra espero disfrutar al máximo la experiencia, aprender de mis compañeros y de los organizadores del evento, y dar un pasito más en esa ardua tarea de abandonar la invisibilidad como escritor.
- ¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?
Mi protagonista, Ugarte, acusa una indiscutible querencia por lo que él llama ‘su pequeña’, una Beretta de 9 mm. Aunque es un tipo innovador, enemigo de encasillamientos, y a ratos se desmarca para dar rienda suelta a su creatividad.
- Ahora una complicada: elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.
Puesto que pretendo seguir residiendo en España (y por otro lado me faltarían balas para tanto corrupto), cruzaré el charco para encargarme de un tal Donald Trump. Convendrá conmigo en que sobran los motivos para picarle el billete.
- ¿Cómo podemos valorar el papel de la mujer en la novela negra actual?
Si me pregunta acerca de las escritoras de este género, le contestaré que hay un buen número de grandes escritoras negrocriminales en el panorama nacional, y que es justo que sean conocidas y reconocidas, tanto a nivel de difusión como de participación en festivales de novela negra. Me gusta pensar que un escritor ocupa el lugar que merece por su talento y valía, y que es totalmente irrelevante su género, edad, orientación sexual, etc. Así debería ser.
- Usted ha dado vida al sicario Ugarte, y además le ha situado en Cartagena, ¿tanto atractivo tiene la ciudad para ser escenario de tramas negras?
Rotundamente, sí. Estamos ante una ciudad particularmente hermosa y propicia para la ficción literaria, con una historia de hondas raíces y que se ha enriquecido con la impronta de variadas culturas. Los contrastes que ofrecen su orografía, sus rincones, la gastronomía y las expresiones del lenguaje autóctono… ¿Se nota que Cartagena es mi Kilómetro Cero?
- Hemos oído por ahí que se le acusa de ser un poco breve en sus novelas, que deja al lector con ganas de más, defiéndase.
En mi descargo diré que cada nueva novela que publico supera la extensión de la anterior. Además, me obsesiona respetar al lector y pienso que es siempre preferible pecar por defecto que por exceso: lo importante para mí es que cada frase (cada palabra, si se me apura) cuente, que no sea fútil.
- Sabemos que se ha tomado un pequeño descanso del género en su última novela, ¿es permanente o volverá a la novela negra?
No será permanente. De hecho, la próxima novela que aborde tendrá el tinte negro con aderezo sarcástico de mi personaje favorito: una nueva entrega de las aventuras de Ugarte.
- Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.
A los lectores les aconsejaría que conozcan a los clásicos norteamericanos en el género, con figuras de la talla de Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Jim Thompson o Ross Macdonald, y también la novela negra de Vázquez Montalbán y González Ledesma. Que no se encasillen, que se arriesguen con la diversidad de autores, subgéneros y procedencias que ofrece el noir actual. Por último, que se dejen asesorar por los verdaderos profesionales, un oficio en peligro de extinción: los libreros.