Cartagena Negra 2018, una nueva satisfacción
El brigada Bevilacqua, el personaje creado por Lorenzo Silva, ejerció en su vigésimo aniversario como padrino de Cartagena Negra en esta cuarta edición. El autor madrileño fue el encargado de inaugurar las jornadas ante más de un centenar de personas que llenaron la sala del Auditorio El Batel, sede oficial, aunque previamente habían intervenido ya Francisco Marín, director de contenidos del festival, y David Martínez Noguera, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, principal organizador del mismo.
En lo puramente literario, la tarde del 4 de septiembre ya se había iniciado con la mesa redonda Cartagena Post mortem, en la que la escritora Ana Ballabriga interrogó a los autores Jesús Zaplana, David Jiménez El Tito, Antonio J. Ruiz Munuera y Antonio Parra sobre el papel que desempeña la ciudad portuaria como escenario de crímenes, en principio literarios, y acerca de la dimensión que la propia urbe está tomando en la literatura.
Lorenzo Silva, quien acudía por segunda vez a las jornadas, se felicitó por la continuidad y el éxito de las mismas, y junto al citado Antonio Parra realizó un somero recorrido por la vida de sus personajes Bevilacqua y Chamorro, su evolución dentro del género, los orígenes y las perspectivas de futuro. Muchas fueron las preguntas que surgieron desde el público y que continuarían después en la velada que cerró la sesión inaugural, celebrada, como ya es tradición, en Míster Witt Café.
Un escenario que acogió durante los días siguientes eventos nuevos, como los dos monólogos negros, uno más humorístico y el otro más dramático, que protagonizaron respectivamente el escritor Víctor Mirete y la actriz Almudena Martínez; y también eventos tradicionales, como el concurso de microrrelatos en vivo “Deje aquí su sombrero”, patrocinado por el Hotel Los Habaneros, que contó con una nutrida participación y que en esta edición fue ganado por Ana Belén Hernando, quien encandiló y asustó al público a partes iguales con su creación titulada La noticia de mañana. Las veladas nocturnas “De cañas negras”, en las que los lectores siguen estrechando lazos con los autores participantes en cada jornada, se cerraron el sábado 8 de septiembre, con la entrega del II Premio de Novela Cartagena Negra, que este año recayó en Pere Cervantes por su novela Tres minutos de color.
Tras la exitosa inauguración de Lorenzo Silva, continuaron las mesas redondas, siempre con una amplia participación que ha permitido cifrar el número de asistentes en esta edición en torno a las mil personas, repartidas en las diferentes actividades, lo que supone un incremento considerable con respecto a las anteriores ediciones. A ello también han contribuido, sin duda, los clubes de lectura, coordinados en colaboración con la Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena y las librerías La Montaña Mágica y Santos Ochoa, que contaron con la presencia de los autores David Jiménez El Tito, Estela Chocarro, Susana Martín Gijón, Berna González Harbour, Ana Ballabriga, David Zaplana y Jerónimo Tristante, un plantel de lo más interesante para cualquier lector.
El resto de las mesas redondas recogió siempre la intención que muestran los organizadores de estas jornadas: la de no anclarse en la monotonía y ofrecerle al público una variante distinta del mundo literario en general y del género negro en particular. La celebrada el miércoles 5 de septiembre, denominada “Tinta y sangre”, abordó la relación existente entre los crímenes reales y los de ficción, entre la investigación policial y su transcripción literaria; estuvo moderada por Chema Gil y en ella participaron Graziella Moreno, escritora y juez, la autora Clara Peñalver y el policía científico de Málaga, Manuel Pérez, quienes hicieron las delicias del público hablando incluso de la figura de escritores asesinos, algunos de cuyos casos han salido a la luz últimamente.
En la jornada siguiente, el día 6 de septiembre, tres autoras de renombre amadrinaron a otras tres personas que llevan menos tiempo en el mundo literario, una iniciativa que no se había realizado hasta ahora en festival negro alguno. Estela Chocarro, Susana Martín Gijón y Graziella Moreno presentaron en sociedad las obras de Daniel Fopiani, Camino Díaz Bello y Miguel Ángel Rodríguez Chuliá, mostrando al público lo necesaria que es la convivencia entre autores consagrados y noveles.
El viernes 7 de septiembre reunió, de la mano del autor albaceteño afincado en Murcia Pedro Martí, a varias “Voces negras” que hablaron de su percepción de la literatura del género, en concreto a Berna González Harbour, Benito Olmo, Luis Roso y Jesús Tíscar, a pesar de que éste último no se reconozca del todo como perpetrador del género negro. Cartagena Negra no cierra las puertas a ningún autor ni a ninguna opinión. Ellos mismos, además, constituyeron el jurado que concedió el premio de microrrelatos en vivo, y quedaron muy sorprendidos tanto por el número de participantes como por la calidad y originalidad de los trabajos presentados.
Ya sólo quedó la jornada final del sábado 8 de septiembre, en la que Paz Castelló, Rafael Jiménez, Lorena Franco, Carlos Augusto Casas y Jerónimo Tristante debatieron sobre la figura del depredador, tanto sexual como no sexual, en la novela negra y en la realidad. Previamente el público pudo asistir a la proyección de El atraco, el trabajo ganador del III Concurso de Cortometrajes Negros, coordinado por la también realizadora Ana Ballabriga. El ganador, Alfonso Díaz, no pudo acudir a recibir el premio pero envió un vídeo de agradecimiento; durante los días precedentes se proyectaron también los cortos finalistas, elegidos entre los más de 60 presentados al concurso, haciendo posible una vez más la estrecha relación que existe entre el género negro y el cine.
A juzgar por los números, la presencia en las redes sociales y las opiniones del público, al igual que las visitas recibidas por blogueros de otras ciudades, esta edición ha resultado todo un éxito, algo que hay que agradecer también a patrocinadores y colaboradores. Empezando por el Ayuntamiento de Cartagena, principal sostenedor, y siguiendo por Salazones Fuentes, José Díaz Suministros de Hostelería, o ISEN Centro Universitario. Para finalizar con colaboraciones como las del Hotel Los Habaneros, las librerías Santos Ochoa y La Montaña Mágica, Judit Centro de Formación, Míster Witt Café, el Auditorio El Batel, la Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena, C&A o el diario La Opinión, que dedicó una página a las jornadas y a los autores presentes desde mediados del mes de agosto, asegurando así una presencia constante del festival en los medios de comunicación.
El equipo organizador de estas jornadas, comandado por Francisco Marín, trabaja ya en la quinta edición, con el deseo de que sigan creciendo y exportando el nombre de Cartagena al resto de la España literaria.