Efecto colateral, de Rafa Melero
Sinopsis:
La tranquila vida de Tomás Montes en la ciudad de Lleida da un giro cuando la muerte inesperada de su padre desencadena unos hechos que lo llevan a un profundo pozo y una ineludible solución: la venganza, cueste lo que cueste.
Para ello, y con la ayuda de sus amigos de infancia, Antonio y Julián, idea un plan que se inicia con el robo de una misteriosa caja que contiene secretos suficientes como para hundir a gente muy poderosa. Sin embargo, una vez en su poder, se desata una carrera desenfrenada entre las altas instancias del Estado, el legítimo propietario y sus adversarios por recuperar la caja. Porque todos están dispuestos a cualquier cosa para evitar que su contenido salga a la luz y, por supuesto, desean controlar su contenido a toda costa.
Ahora, desde la distancia que le ofrece la lejana isla de Koh Samui, en Tailandia, Tomás se reúne cada tarde con su amigo Enrique y le cuenta la que es una historia de amistad, lealtad y honor, aunque también de venganza, sangre y muerte.
Reseña
Venganza
Dice el diccionario de la RAE que la venganza es la satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos, y en una acepción más desusada, lo califica también como castigo o pena. Pues bien, Rafa Melero, en esta nueva novela, ha alcanzado una cota capaz de englobar ambas definiciones, si bien alguna de ellas con matices, sobre todo en aquello que se refiere a la satisfacción.
Con una estructura no muy habitual en el género, consistente en una narración a terceros, el exmosso d’esquadra Tomás Montes, refugiado ahora en una isla tailandesa, le irá contando a otro contertulio español las causas y los hechos que le han llevado a refugiarse tan lejos de su Lleida natal. Un recurso, éste de la retrospección a través de otro personaje, que es un homenaje doble, por un lado a la literatura más clásica y didáctica, y por otro a ciertas joyas cinematográficas del ámbito negro.
Dicha estructura, como es lógico, exige un uso alternante de dos voces narrativas, en el que sale victoriosa la primera persona, y por otro lado requiere, por parte del autor, un control absoluto sobre su historia, el mismo que necesita Tomás para narrar su historia sin que chirríe ninguno de sus argumentos. Eso en lo técnico, que no es poco, pero luego llega lo argumental, y ahí el autor ha alcanzado un nivel magistral, puesto que poco a poco nos irá contando cómo la existencia de Tomás se vio sacudida por la muerte de su padre, y qué fuerzas provocaron dicha situación, elementos a los que intentará enfrentarse con todas sus fuerzas.
Tomás no está solo, cuenta con tres grandes amigos, Antonio, Julián y Riki, una mujer junto a la que parece sobrevivir, Ingrid, un suegro al que odia y un panorama social cuyas acciones nos van lacerando sin remisión, y por desgracia muchas veces sin que seamos capaces de levantar la vista y hacerle frente.
Bancos que son pirañas, preferentes envenenadas, corrupciones políticas, impunidad de algunos pederastas, malos tratos, abogados oscuros, sicarios del este, incluso una organización secreta, los Egipcios, que suele ocuparse, casi codo con codo con el CNI, de solucionar ciertos entuertos cada vez que algún servidor público amenaza con provocar un temblor en el sistema.
¿Cómo encajar todo eso en la vida de un expolicía que anda dando tumbos? Esa respuesta deberá encontrarla el lector en una novela que le contagiará su fiebre apenas empiece a leerla, y que en alguna ocasión le va a exigir frotarse los ojos, porque las sorpresas y los dobles juegos pueden estar escondidos en cualquier capítulo.
Los planes hay que trazarlos muy bien, las consecuencias deben ser muy medidas, la curiosidad entre los rivales políticos muy bien estimulada, y todo con un estilo firme y en ocasiones incluso cinematográfico. Hay en estas páginas un retrato muy afinado de lo español, pero también una serie de situaciones que le deben mucho al thriller internacional.
Eso sí, recuerden que la venganza debe servirse en un plato frío, y que eso de la satisfacción, que propugna la RAE, a veces está mucho más escondido de lo que cualquiera podría imaginar, o incluso soportar.
El autor:
Rafa Melero nació en Barcelona pero pasó su infancia en Lleida, hasta que en 1995 ingresó en los Mossos d’Esquadra. Desde entonces ha trabajado en ciudades como Figueres, Lleida, L’Hospitalet o Terrassa entre otras, y su trayectoria profesional ha trascurrido en la policía judicial, en grupos como el de Homicidios, Salud Pública o Delitos contra el Patrimonio. Es autor de las novelas La ira del Fénix, La penitencia del alfil, Ful y El secreto está en Sasha.
Antonio Parra 2020
Publicada anteriormente en Solo Novela Negra
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