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El corazón de los ahogados, de Daniel Fopiani

Sinopsis:

Desde Tombuctú, Doudou y su mujer huyen de la guerra en dirección a Melilla en busca de una vida mejor. Tras múltiples abusos por parte de la policía marroquí y de las mafias que sacan provecho de su desesperación, consiguen subir a una patera. Ella está embarazada y temen morir en el mar, ahogados.

En el pequeño camposanto de la Isla de Alborán, aparece una cabeza mutilada de origen africano, rodeada de gaviotas decapitadas con cabezas de muñecas de porcelana en su lugar. Un islote habitado solo por un reducido destacamento de la Armada española, con el objetivo de preservar el territorio nacional ante la posible llegada de migrantes, vivos o muertos, y de velar por el ecosistema protegido de la zona en colaboración con un biólogo de la Junta de Andalucía.


La sargento Julia Cervantes, Infante de Marina experimentada, es enviada con el contingente que se desplaza a Alborán tras el macabro descubrimiento. En su vida solo quedan su hijo Mario y su madre. Después de varios años, sigue sin poder superar la muerte de su marido.

Durante una terrible tormenta, quedan totalmente incomunicados con el exterior y desde la megafonía del faro comienzan a escuchar una extraña nana: “Diez soldaditos se fueron a cenar; uno se asfixió y quedaron nueve”. Cuando empiezan a sucederse los asesinatos, el terror se desata en la isla. Julia debe hallar al culpable si quiere volver sana y salva junto a su hijo pero, ¿hay alguien más en la isla o el asesino se encuentra entre sus camaradas?


Reseña:

Descubrí a Daniel Fopiani con La carcoma, una novela de misterio en la que ya se intuía que había un germen de escritor comprometido con la calidad. Poco después llegaría La melodía de la oscuridad, un triple salto mortal con buena nota que lo sitúa por derecho propio en el club de escritores a tener en cuenta, a sabiendas ya que su concienzuda manera de plasmar las historias en el papel dejará en el lector esa agradable sensación que solo dejan los buenos libros cuando los acabas. Y si además te hace reflexionar, pensar o comentar sobre los temas que trata, es que ese es el camino.


En El corazón de los ahogados hay muchas cosas encerradas en sus 344 páginas, y todas van apareciendo con un equilibrio medido a conciencia para no caer en el error de volcar todo en un lado de la balanza. De un lado, una historia de carácter militar, marcado por la profesión de los protagonistas, Infantes de Marina Española, la más antigua del mundo, a los que se les supone y además se les exige ciertos valores: disciplina, valor, compañerismo, lealtad. De otro lado una de las lacras que la sociedad moderna no consigue remediar: la inmigración, esa que llamamos ilegal, y que arroja cada día cientos de personas a un futuro incierto a través de un mar que no entiende de fronteras. Y hay un homenaje a la escritora Ágata Christie y su novela Diez Negritos, esa que aún sigue levantando ampollas entre quienes no saben situar las obras, escritas en este caso, en el contexto, época y situación en el que fueron creadas.


En las primeras páginas ya se nota el enorme crecimiento narrativo con el que Fopiani formaliza una idea con sentido y la comparte de manera que el lector se sitúe en el centro mismo de la experiencia. Y nos va a llevar desde la Sierra del Retín donde comienza esta aventura hasta la isla de Alborán donde ya esta capacidad narrativa se irá centrando en crear una sensación de claustrofobia y desasosiego que va a implicar a los protagonistas y también al lector.


Procedimientos, órdenes, disciplina, cadena de mando… todo esto, inherente a la vida militar, va a durar poco en la isla de Alborán donde a las pocas horas de llegar comenzarán a ir sucediéndose una serie de crímenes que pondrá en jaque a la Sargento Cervantes cuando tenga que ponerse al frente de un misterio que los va eliminando uno a uno, en un lugar donde en teoría no hay nadie más. Paralelamente, la historia de Doudou y su mujer, migrando a bordo de una balsa neumática, tan cruda y real como tantas que protagonizan quienes huyen de la pobreza buscando cualquier cosa que no se parezca a lo que dejan atrás.


Mientras, en la isla, la tensión irá creciendo al tiempo que los cadáveres se van sucediendo, la atmósfera se tensa y catapulta a los personajes a estados de desconfianza y desazón. Fopiani va cediendo la voz narrativa entre los personajes, incluso haciendo partícipes de la historia a varios animales que pasan de ser meros observadores a ganar su momento ofreciendo así un punto de vista totalmente diferente. (Que buen comienzo hablando del corazón mientras ese gorrión observa un asalto a una casa por parte de un grupo militar).


Hay un equilibrio entre la disciplina militar, los valores y consignas de un estamento en el que la jerarquía se mantiene por encima de otras prioridades, y la propia personalidad de cada uno de los personajes, que sin olvidar lo que son, dejarán su impronta cuando el peligro se cierna sobre ellos, aunque al ritmo que se van produciendo las bajas tan solo los personajes de la Sargento Cervantes y el Cabo Primero Cabañas son un poco más profundos.


Y si hay algo que me ha sorprendido y que no vi venir es el porqué. Y es que los motivos para esta historia de muerte podrían haber sido muchos y variados pero Daniel Fopiani pone el dedo en una llaga que tiene el Ejercito Español desde hace muchos años y que no cura nada ni nadie. Una herida que afecta a miles de militares y de la que nadie sabe, quiere o puede poner solución. Estoy seguro además de que algún tipo metido en un entorchado uniforme habrá solicitado la presencia del escritor en su despacho “a la mayor brevedad posible”. Así son las cosas.


Creo que El corazón de los ahogados pone a Daniel Fopiani como uno de los mejores escritores del panorama actual. Posee una habilidad especial para crear y recrear atmósferas y escenarios, para urdir tramas y encajar piezas, pero sobre todo para humanizar personajes y hacer que transiten por sus novelas como si fuesen personas reales. No miente Fopiani al decir en las entrevistas que cuando escribe piensa sobre todo en no defraudar a lector. No lo hace, al contrario, satisface con creces la aventura de adentrarse en una trama ágil, rápida, trepidante y adictiva que reparte en sus dos líneas argumentales motivos suficientes de emoción y sentimiento hasta un final que cierra con un epílogo esperanzador, a pesar de todo.


El autor:


Daniel Fopiani Román (Cádiz, 1990). Sargento de Infantería de Marina y escritor. Ha estado desplegado como jefe de los Equipos Operativos de Seguridad (E.O.S) en el norte de Europa, el golfo Pérsico, el mar Rojo, Turquía, Egipto e Irak. Fue ganador del Premio Valencia Nova de Narrativa en 2017 con su novela La Carcoma, además de contar con múltiples premios literarios en su haber, entre los que destacan el primer Premio en el X Certamen Poeta García Gutiérrez y el primer Premio en el IV Certamen internacional Ana María Navales. Escribe activamente para la revista Zenda, ha trabajado como columnista en varios periódicos de la provincia de Cádiz y ha sido director de la revista cultural RSC durante más de cinco años. Su anterior novela publicada es La melodía de la oscuridad, que resultó finalista a la mejor novela de Cartagena Negra 2020.

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